MARTINA CON VISTAS AL MAR- Elísabet Benavent SINOPSIS: Si te llamas Martina, llevas siempre la melena recogida, eres absolutamente cerebral... Si te has formado para ser chef y perteneces al equipo de El Mar... Si has sentido un chispazo al conocer a tu jefe, Pablo Ruiz, excéntrico cocinero con estrella... Si no soportas su indumentaria hípster, pero te irías a cualquier parte si él te lo pidiera... Eres sin dudarlo la protagonista de esta historia... Y tu vida, tan ordenada, está a punto de cambiar. CRÍTICA: Primera parte de una bilogía que nos abre la puerta al mundo real de las relaciones, rupturas y el tipo de personas que existen cuando se enfrentan a ello. Obviamente cargado de un tono como siempre idílico y situaciones bastante peculiares aunque seguro que en muchas de las ocasiones el lector se verá reflejado en muchas situaciones. La primera parte viene a ser una novela del miedo paralizante. ¿A qué? Para Sandra, a la soledad, para Amaia a sentirse querida y que la quieran y para Martina a sentir simplemente. 3 amigas que reflejan un poco lo que se vive en las relaciones, antes, durante y después. Amaia no terminaba de convencerme el personaje, en la segunda parte la cosa evoluciona, pero hasta el final Amaia es un personaje bastante odioso. Siempre tratando como el culo a Javi, la verdad es que me parecía un personaje que no se lo creía nadie. Sí, lo sé, es su coraza porque es una persona muy insegura, pero tratar como una mierda a tu mejor amigo no es creíble... Le cogí bastante tirria para que engañarnos. Es una persona con tal inseguridad que no acepta, ni cree que merezca el amor de nadie y menos de una persona como es su mejor amigo. Sandrita la muy subnormal y la más desgraciada sin duda de todo el libro. Si en ningún momento no te sientes identificad@ con Sandra no me lo podría explicar. Es lo más realista quizás. Una persona con miedo a la soledad, que se agarra a cualquier cosa, que no espabila y vive estancada. Un conformismo y muy pocas ganas de salir de su zona de confort. No digo más. Irritante en algunos momentos y en otros te da mucha lástima. Había buscado en Javi lo que tantas veces le daba Íñigo, hasta que al final decidió volver con este por miedo a la soledad (lo de siempre). Pero pensó que volvería a surgir algo que hacía mucho que estaba muerto, sólo quedaba el cariño... ¿Qué iba a quedar si no? Martina quizás en este libro no se ha visto tanto su dificultad que tiene para las relaciones sociales, seamos sinceros, a la primera de cambio tiene al jefe gritándole a Martina "Oído, chef". Pero se nota en ocasiones una persona fría, que aguanta, que calla. Pablo tan artista, tan de sentimientos y Martina de mente fría y control. El final con lo de Malena y la duda del embarazo nos deja bastante helados. A ver se veía venir, era un recurso bastante obvio que se notaba que lo iba a usar. Pero allí estaba yo comiéndomelo con patatas. La parte de Martina fue un tira y afloja, ella quería dejarse llevar pero le daba miedo al haber salido de una relación con Fer tan bonita. Que por cierto, me encantan la pareja de Fer y Martina, se respira amor y cariño en ellos. Supongo que de tanto usar ese amor acabo apagándose la pasión y se volvieron más que una pareja, mejores amigos. De nuevo, una situación bastante real. Sentimientos que se apagan, sigues queriendo a la persona pero no como tu pareja. En fin, el daño que Pablo le hizo (por lo de Malena) entendible después de todo lo que ella había avanzado y lo del embarazo (al fin y al cabo había que darle calor a la segunda parte) entendible también.
De Pablo diré que es peculiar. Se cuenta muy bien su historia, pero sigue siendo un enamorado del amor. Algo bastante peligroso. Son este tipo de personas que lo viven todo con una intensidad brutal, que lo arrasan todo y convierten del amor algo caótico. Y Martina es el ingrediente perfecto para suavizar el plato. Lo que más me gusto de este libro, en especial, de entre todos los que me he leído de betacoqueta es que me he sentido muy identificada. Problemas reales en una ruptura y en una relación, lo que le sucede a uno mismo, el miedo a volver a abrirse, el miedo a no hacerlo...
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